En los últimos años, se ha hecho evidente la necesidad de promover la inclusión y el respeto hacia las personas neurodivergentes en nuestra sociedad.
La neurodiversidad se refiere a la variabilidad natural del funcionamiento cerebral humano, lo que implica que cada individuo tiene una forma única de procesar la información y de relacionarse con el mundo que le rodea.
La inclusión de las personas neurodivergentes implica reconocer y valorar las diferencias en el funcionamiento cerebral y de proporcionar un entorno en el que, todas las personas puedan participar plenamente y ser aceptadas sin discriminación. Sin embargo, esta premisa solo podrá ser lograda al derribar barreras, estereotipos y fomentar la igualdad de oportunidades para todos y todas.
¿Qué fundamentos debemos valorar en la inclusión de las personas neurodivergentes?
En primer lugar, es un derecho humano fundamental. Todas las personas, independientemente de sus características neurodivergentes, merecen ser tratadas con dignidad y respeto. Negarles la inclusión en la sociedad es negarles su derecho a participar plenamente en la vida comunitaria.
La inclusión de las personas neurodivergentes enriquece nuestra sociedad. Cada individuo tiene habilidades y talentos únicos que aportan a la comunidad, en consecuencia, al permitirles participar en igualdad de condiciones estamos fomentando la diversidad y el intercambio de ideas, llevándonos a un mayor crecimiento y desarrollo para todos y todas.
La inclusión también es beneficiosa para las personas neurodivergentes en sí mismas. Al ser aceptadas y valoradas, se les brinda la oportunidad de desarrollar su autoestima, confianza y habilidades sociales. Esto puede tener un impacto positivo en su bienestar emocional y mental, mejorando su calidad de vida en general.
Es importante destacar que la inclusión de las personas neurodivergentes no se trata solo de adaptar el entorno físico, sino también de fomentar una mentalidad inclusiva en la sociedad. Desde ahí, se debe educar a la población sobre la neurodiversidad, promover la empatía y el respeto hacia las diferencias y eliminar los estigmas y prejuicios asociados a las personas neurodivergentes.

En resumen, la inclusión de las personas neurodivergentes es esencial para construir una sociedad más justa y equitativa. Al reconocer y valorar la diversidad en el funcionamiento cerebral, estamos promoviendo la igualdad de oportunidades y el respeto hacia todos los individuos. La inclusión no solo beneficia a las personas neurodivergentes, sino que también enriquece a toda la sociedad. Es hora de avanzar hacia una sociedad inclusiva y acoger la neurodiversidad como un valor fundamental.
Alejandro Pizarro San Fco.
Fundación Reeducar.